El
Estadio localizado a la mitad del bosque asombraba con su imponente presencia.
Para llegar al recinto se tenía que agarrar el metro, aproximadamente 50
minutos, después subirse al Omnibus durante 20 minutos y más tarde caminar un
kilómetro. Todo el recorrido era animado por camisetas verdes que desde tres
horas antes del partido ya se sentían en octavos de final aunque sabían que el
ganarle a Modric o Rakitic no iba a ser ninguna tarea fácil.
Y ya
lo ven, y ya lo ven, somos locales otra vez. Estas palabras con un ritmo
pegajoso no dejaron de ser cantadas por los más de 30 mil aficionados que
estuvieron en Recife. El ambiente era espectacular y como lo decía la canción,
México era local una vez más en Brasil 2014.
Tras
la entonación del himno de Croacia, vino el turno para el de México que se
escuchó como si el Estadio fuera una sucursal del Azteca. Tras los cánticos, se
dio el pitazo inicial y con él los nervios de los mexicanos, los jugadores y el
Piojo.
El
primer tiempo fue sufrido, cada vez que llegaban los croatas al área chica el
Estadio se ponía de pie, el cuerpo de cada aficionado presente no podía
quedarse quieto ni un segundo.
Durante
los primeros cuarenta y cinco minutos la actuación de Dos Santos dejo mucho que
desear, no logró desbordar ni completar pases que llevarán a México cerca del
gol. Herrera tuvo una clara oportunidad que se estrelló con la esquina superior
de la portería. México no mostraba claridad y Croacia tenía el balón más de lo
deseado pero el arbitro dio el pitazo que indicaba el fin de la primera mitad
del encuentro. Los aficionados corrieron por una cerveza y los quince minutos
se pasaron rapidamente
Comenzaba
la segunda mitad, otra vez los nervios invadían la Arena Pernambuco. La afición
gritaba la palabra ¨prohibida¨ por la FIFA sin importar si era un saque de
esquina, de media cancha o de portería. Al mexicano entre más se le prohíbe una
cosa lo hace con más fuerza y eso después, del partido, le debe de quedar más
que claro a Blatter.
El
primer cambio del Tri se dio en la segunda mitad, Dos Santos salía y entraba
Javier Hernández. Tras unos minutos de juego, el arbitro volvió a tomar
protagonismo al no marcar una mano croata en el área chica, lo cual era un
penal claro para México. Parecía que Croacia quería jugar volleyball al no
encontrar una fórmula para ganarle a los nuestros.
México
mejoraba y hacia un segunda mitad que tranquilizaba y daba mayores esperanzas.
No se podían conformar con el empate, pues en cualquier momento algo podía
salir mal. Pero mal no fue lo que salió en un tiro de esquina mexicano. Tras un
centro elevado, el ex jugador del Barcelona, el capitán, el inmortal Rafael
Márquez remató con la cabeza logrando el 1-0 para el cuadro tricolor. El
festejo de los aficionados en Recife fue el esperado con cervezas en el aire,
abrazos, lagrimas y gritos de Gol.
Solo
unos minutos después, tras estar jugando como nunca antes, Andrés ¨el
principito¨ Guardado metió un golazo, tras una gran jugada de Hernández y Perlta.
Su merecido gol llegaba en el momento perfecto para dejar claro que el que
pasaba a octavos junto con Brasil era México. Lo mejor de el segundo gol se
vivió en Recife con el festejo del Piojo que tras un explosivo abrazo con Aguilar
acabaron en el suelo festejando a lo grande.
Solo
pasaron tres minutos cuando una vez más con un centro elevado, el balón fue
peinado por Márquez dejándole una pelota perfecta al Chícharo para rematar.
Como lo sabe hacer el del Manchester remató con la cabeza sin dudar ni un
segundo y con este remate caía el contundente 3-0. Javier logró anotar en su
segundo Mundial consecutivo y con ese gol vinieron las lágrimas por parte del
jugador quien ha sido criticado sin piedad los últimos meses por la falta de
gol en sus actuaciones. El festejo de los jugadores en el tiro de esquina fue
espectacular, un abrazo entre titulares y suplentes mostraba la unidad que el
Piojo ha logrado en el equipo mexicano.
En
tan solo diez minutos cayeron los tres goles mexicanos. Durante lo que quedó
del segundo tiempo Croacia anotó el del honor pero no logró mayor cosa. El Tri
tuvo el balón e hizo su juego siendo apoyado por la afición entera.
El
pitazo final se dio y los jugadores y la afición se unieron en el sentimiento de
emoción que unos octavos de final transmiten a cualquiera. El Piojo festejó el
triunfo como aquel recordado festejo en el Azteca. Miguel Herrera puede
festejar como quiera, ha logrado lo inimaginable. Tras una eliminatoria desastrosa
ha conseguido la mejor primera ronda de México en una Copa del Mundo. México
logró su pase con 7 puntos y de manera invicta para enfrentarse a la potencia
futbolística de Holanda en los octavos de final de Brasil 2014.
Hace
un tiempo me preguntaba como el Maza, Márquez y Herrera iban a detener a
Modric, ahora me queda claro que pueden parar a Robben, Van Persie y Sneijder. Por
el momento queda disfrutar estos momentos de fiesta y estar pendientes el
próximo domingo porque este equipo tiene todo para exprimir a la naranja mecánica.